Tal como las/os niños/as que dejan todo desordenado luego de jugar por no darse cuenta de todo lo que cuesta ordenarlo ni de que hay otro haciéndolo por ellas/os, es así como aún gran parte de nosotros sigue comprando, consumiendo y/o tirando lo que y como se le da la gana, por no darse cuenta de todo lo que cuesta su forma de vivir ni de que que hay otros (no sólo humanos) pagando el costo, con sufrimiento y muerte.
Fuimos malcriados, pero podemos reconocerlo y cambiar por cuenta propia.
No más excusas. Maduremos. Vivamos responsablemente.
Comentarios